lunes, 25 de noviembre de 2013

Amor de tarde

Me duele la cabeza, me duelen los pensamientos.
No sé cómo escribir mis más hondos sentimientos.

Paso las horas delante del teclado activando el delete. Nada me alivia. Ya no pienso,
solo asiento.
Y es cuando en medio de mi dilema resurge este poema.
No son palabras mías, pero describen mis deseos o mi falta de valentía.

Amor de tarde
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme «¿Qué tal?» y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
 Mario Benedetti - Poemas de la oficina.

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