“Espada y luz”

Hoy Carmen entre sus quehaceres de jefa, de sus obligaciones de superación y su vida abrió un huequito para regalarme un texto genial, un texto que me hizo reflexionar, recordar y desear.
Me mostró un montón de ideas en un papel amarillo; por él pasaron el tiempo, las manos, las curiosidades... y yo.


Su autor es Osviel Castro Medel un periodista que no conozco personalmente, pero si se parece a lo que escribe ya me cae bien. Con sus párrafos Osviel me hizo recordar cuándo fue la primera vez que soñé con ser periodista y la ingenuidad de mi decisión.
Es que cuando una decide ser periodista nadie, o casi nadie porque mi padre lo intentó, te explica la responsabilidad que trae consigo, la innovación diaria que amerita y lo público de tus ideas.
Hace referencia a lo complicada de la empresa del periodismo en Cuba porque hay temas que no son tan fáciles como decir cumplimos tal plan porque: “La prensa en este país singular, bajo el ojo del Águila, no es – no puede serlo- un juguete que apueste al morbo, a la frivolidad, ni al sensacionalismo; tampoco una quinta columna que se convierta en francotiradora en los montes y ciudades”, dice Osviel.
Pero caballero, los tiempos han cambiado y la gente no retiene la información de la misma forma, no le gusta leer con los mismos códigos de hace años, ni sobre los mismos temas y si varían que sean profundos en lo que dicen. Por eso siempre nos dicen que debemos hallar un equilibrio, cosa compleja porque todo va en contra de eso.
Y es que a veces hay temas que ameritan, como dice el texto, “de un periodismo más abierto y valiente, más profundo y objetivo, más sólido y humano. Requiere generar el debate, la polémica, la discusión sana; eso que es tan imprescindible para el cerebro y el nacimiento de ideas”.
Na, que aunque nadie me lo contara antes, el periodismo necesita de más que de deseos de escribir, de gustos, pues lleva muchas dosis de cariño, de atrevimiento, de valentía, de inteligencia y de un montón de cosas que más que ya estoy descubriendo.