Los adoquines, por estos primeros días de febrero, adoptaron una
pose inmóvil para dejar pasar al deseo de festejar un aniversario
distinto. La vorágine constructiva cedió espacio para que esa dama
de barro se engalanara y coqueteara con una imagen fresca, pero que
aún preserva los encantos de su fundación.
Todo comenzó, como cada año, con la tradicional lectura del bando
desde los balcones de la sede del Gobierno municipal, que dio las
tonadas iniciales de lo que será una semana de fiestas por todo lo
alto, porque estelos agramontinos se lo merecen. Ya lo explicó Omar
Lezcano Góngora, presidente de la Asamblea Municipal del Poder
Popular en su alocución, cuando resaltó el esfuerzo del pueblo en
aras de alistar a la villa para su cumpleaños.
Nadie convocó, ni demandó su presencia, mas aún así miles de
camagüeyanos salieron a las calles para festejar un aniversario
cargado de tradición, historia, alegría... Luego, pasadas pocas
horas, con el mismo embullo, volvieron a reunirse miles en la plaza
de la Revolución Ignacio Agramonte para la fiesta mayor: la gala 500
que recuerda que “ese si es pueblo. El Camagüey”.
Los
rasgos de nuestra identidad fueron hilvanados a través de números
culturales interpretados por gente de aquí, de Camagüey, ausentes y
presentes, quienes bajo la guía del MsC Fernando Medrano,
demostraron el orgullo cultural que corre por esas venas gracias a
Guillén, a Amalia, a Agramonte y a los cultores de hoy.
“Durante
muchos años Camagüey ha estado celebrando y preparándose; las
transformaciones son extraordinarias, es otro, es uno que se merecía
este 500 aniversario que es de todo el pueblo”, manifestó Esteban
Lazo Hernández, presidente del Parlamento cubano, una vez concluída
la gala.
Como me hubiera gustado estar ahí!
ResponderEliminarPero tanto...Espero poder al menos en formato digital encontrar la gala.
Si busca la encontrarás, fue de lo mejor.
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