viernes, 28 de febrero de 2014

Instantes de una libertad


No se qué decir, no se cómo decirlo. Mejor no tanteo a mi cerebro y me pongo directa: Fernando ya está en Cuba. Solo sintió la libertad cuando bajó por la escalerilla y sintió otra vez la tierra de su Cuba, de su familia. Fernando está en su patria, en casa con su familia; ya Aurora puede dormir tranquila junto a su amado, puede despertar alegre porque el café, que él solo sabe preparar, la esperará cuando abra sus ojos.



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