No
recuerdo la última vez que dormí tan poco. En tres días que son
alrededor de 72 horas, yo apenas descansé unas 9. Mi cuerpo solo
asimilaba cafeína y comida, pero se sostenía porque el alma se me
llenó de alegría, sentimientos, amigos nuevos y viejos... del calor
de una nueva familia que habla el mismo idioma, aunque no se haya
visto nunca.
Y
es que, otra vez, aquella gente sencilla que conocí en la Ciénagade Zapata se reunió. El lugar escogido, menos verde que el anterior,
fue el Centro Martín Luther King (Muy buena elección Rodo) un lugar
con una magia inexplicable que se describe solo si la vives.
A
pesar de haber transitado los últimos kilómetros que me separaban
de la capital sin aire acondicionado, en cuanto llegué una magia me
envolvió. No me importaba el cansancio, el hambre... esos amigos
nuevos que tantos deseos tenía de ver me esperaban y me inyectaron
la energía que necesitaba y que tanta falta me hacía.
Tantas
cosas queríamos decirnos que la madrugada se quedó corta. Ahí,
entre sueño y hambre salió el término permisología o la ciencia
que estudia lo de dar permisos, según interpretamos. Procedente de
allá del lejano y cercano Holguín vino también el término
aperturar y supimos del policía al que le preocupaba si persecutaba
o no.
La
mañana siguiente, la noche, la madrugada ... nos regalaron
emociones: gente nueva, letras digitales que tomaban forma y se
mostraban tan humanos como sus líneas; un héroe sencillo que
compartió con todos como viejos conocidos y explicó que para ser
héroe solo se debe hacer el bien todos los días.
Hubo
piernas que temblaron, corazones paralizados cuando vimos a René en
vivo y a todo color. Yo no lo podía creer, no coordinaba ideas y
para compartirlo llamé a mi madre, otra apasionada,para que sintiera
lo mismo que yo.
Y
se me acumularon las emociones cuando vi a su esposa. Ya iba a
respirar y calmarme, pero en eso llegaron Alarcón (que nos regalará
sorpresas muy pronto), José Pertierra, Willy Toledo, Edmundo García,
Raúl Suarez.
Y
también la profesora Elaine, quien nos ilustró sobre la realidad
de la blogosfera cubana y sin muchos detalles, por eso de la
piratería. Un panel integrado por Paquito, Iroel y Edmundo nos
dieron varias aristas de una misma Cuba, nos contaron sobre sus
realidades.
Los
días se mezclaban con la noche, con la madrugada. Todos queríamos
conocernos, otros consolidar la ya vieja amistad, algunos participar
nada más y uno que otro comer y pasarla bien, pero todos, eso sí,
queremos escribir desde nuestra visión sobre nuestra Cuba.
Aprendí,
lloré, fui feliz de muchas maneras, me sentí en familia, encontré
otra vez ese lugar al que ya pertenezco, bailé, recordé... Pero lo
mejor fue que fui testigo del nacimiento oficial de Blogosfera Cuba.
Ahora
seguro encontraremos personas que asegurarán que no teníamos
permisología y nos persecutarán por ello, pero ya somos una familia
difícil de separar a la cual nos une un sueño:escribir de Cuba.
Me like, me like... sobre todo la fotis del final jejejejeje. Yuri y tú tienen doble excelente por pioneras en la publicadera de repercusiones emocionales de este finde en el Martin... a ver cuándo cumplimos Miña y yo. Un besi Grey, y gracias por ser de las entusiastas e indesteñibles del pikete camagüeyano. Sé que puedo siempre contar contigo pa ir hasta el fin del mundo ;)
ResponderEliminarTunie al fin del mundo y más pa´lla, ja ja ja , siempre que sea con la familia a donde sea. Besos
EliminarLlegando para quedarme revoloteando por estas páginas. Un abrazo
ResponderEliminarQue rico que te quedes, espero que te guste lo que leas por acá. Un placer contar contigo, besos
Eliminar