En cuanto te vi tuve unos deseos locos
de abrazarte, y quedarme ahí un rato. No sé por qué, si antes no
teníamos esa confianza como para desearlo ahora con tanta
vehemencia. Tal vez es el tiempo que ha pasado de la ultima vez que
te vi. No sé, todo puede ser.
Desde que llegué a ese edificio que me
transformó durante tres años, sin que pudiera frenarlo porque solo
me percaté cuando salí, recibí un golpe de recuerdos que me turbó
durante un buen tiempo. Llegué por trabajo al que fue mi pre, el IPVC
Máximo Gómez Báez, y mi cabeza lo menos que generaba eran ideas
laborales.
Entraba y salía de la hoy acogedora
sala de reuniones, lugar impenetrable en mi etapa de estudios, porque
no me concentraba, y en eso te veo. ¿No te molestó que te haya
tuteado? Estabas igualito, la misma rectitud en el porte, la seriedad
en la entonación de cada palabra que pronunciabas, la misma
camisa... Y yo tan cariñosa, tan aferrada al pasado y tú tan en el
futuro. Yo acordándome de mi profe Pepito, de su cariño desmedido,
de su preocupación por cada uno de nosotros, los guajiros de
Vertientes que no podían pasar hambre ni quedarse un jueves por la
tarde, de mi profesor de Cultura Política que me adentró en ese
mundo de filósofos del cual me enamoré y hasta tomé una que otra
frase prestada para mi popular vocabulario... pero tú solo asentías,
dejabas caer una que otra parte de tu vida, pero nada tan familiar
como antes.
¿Supiste quien yo era? Creo que esa
será la duda que rondará en mi cabeza hasta que el destino me guíe
otra vez a ti. Que pena, con tantas cosas que quería contarte, con
tantas cosas que quería recordar para volvernos a reír... Pero que
puedo hacer, ni tú salario ni el mío pueden comprar una memoria que
tenga muchos, pero muchos giga byte para que no olvides a ningunos de
tus ex alumnos, para que cuando ellos, como yo, te encuentren puedan
recordar juntos.
Por favor, a los que saben de tecnologías les pido que fabriquen
o vendan una memoria cerebral de ese tipo, pero barata para regalársela a mi profe
Pepito.
Y lo peor es que muchas veces a otras personas, más jóvenes que tu profe, también les pasa. Saludos dese VILLA CLARA.
ResponderEliminarAsí mismo es Liz, es una pena que eso suceda y tan amenudo
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