jueves, 25 de julio de 2013

Cuentos de un barrio


Había una vez un pueblo, no muy alejado de la ciudad, que tenía todas las condiciones para triunfar y prosperar económicamente. Pero la mayoría de su población prefería irse muy lejos a buscar fortuna, aunque siempre quedaban o volvían hijos orgullosos.

Cuando comenzó el verano regresaron algunos, pero uno que otro trajo consigo una oscura enfermedad de otras ciudades. Según los médicos que quedaban la causa directa era la mala higiene y la no depuración del agua para beber. Ante este dictamen comenzaron a vender una solución de hipodepurante al 25% para preparar el agua de beber, se alejaron los animales de las casas, se daban charlas educativas y los más radicales prohibieron la salida del pueblo a lo infectados.
El desespero se adueñó de la población. No podían creer aquello, por lo que ante el miedo de sucumbir decidieron adoptar tácitamente todas las medidas con la idea de irse rápido de allí.
El pueblo, en masa, fue hacia la botica para comprar los productos, pero cuando llegaron, para su sorpresa, solo vendían, por persona, dos pomos y el más concentrado solo se era para los infectados.
¿Y el resto, cómo se protegían de la enfermedad? ¿Cómo hicieron sin esas sustancias? ¿Pudieron salir de allí?
Qué pasó en ese pueblo no lo sé. No puedo explicar que fue de ellos porque nunca supe nada más, como otros tanto me alejé, los olvidé o ellos se perdieron, no lo sé.

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