El título no tiene nada que ver con un
programa humorístico más solo responde a la genial idea de Rodo de
denominar a este grupo de locos, rebeldes, aventureros, apasionados
de la escritura, del campo, de la vida... de Cuba, que hoy se conocen
como Blogosfera Cuba.
Todos tenemos en común esa pasión por
bloguear o ser un escribidor de blog. Todos queremos decir algo de
una manera diferente, atrevida, certera. Todos, o casi todos, somos
amigos de Camilo. Pero Camilo no tiene blog, o no uno suyo, pues usa
el de su amigo Rodo. Entonces, ¿por qué denominarnos así? O ¿por
qué no puede ser un código secreto, de esos que se usan en una
familia de verdad, unida?
Y es que eso somos: una familia que se formó hace tiempo en lo alto del Pico Turquino y luego dejó sus huellas por el Nicho, la Ciénaga, La Habana, el Martin... y en Topes de Collantes.
Hemos buscado la inspiración en esos
lugares que fueron oxigenantes, alentadores, desestresantes,
cautivadores... pero Topes, Topes me supo a más, a orgasmo, a
pasión , a amor.
Allí, en el erróneamente llamado
altiplano, a mi entender, nos reunimos, otra vez, un grupo de esos
locos de la lenternet que a pesar de los pesares escriben de
cualquier cosa y sonríen y ponen cara de kake cuando hace falta, y
se buscan pleitos, y tiran fotos con cámaras prestadas y escriben y
escriben y desean algo mejor.
Allí conocimos del café cubano y del
de afuera ese que es más claro, más malo; supimos chismes de esas
montañas gracias a un guía con alma de cuentero, de jodedor, de
cubano campechano; supe de los macarenkos, de que existe un Kurhotel en el que deseo estar para relajarme como es, de que los amaneceres pueden ser más bellos, de que aún se cree en fantasmas, de que existen los castillos.
Allí conocí que el paraíso existe y está aquí
en esta isla porque ahí, oculto entre senderos destructivos de piernas,
en medio de lomas, de árboles, de rocas te puedes encontrar cascadas
y paisajes que bien valen la pena conocer. Y hasta bañarse en ellas a pesar de
lo requetefrías que son sus aguas.
Allí conocí nuevas formas
arquitectónicas, supe de historia cubana, conocí costumbres, gente buena, precios socialistas que aún existen, hablé con Daniel,
el custodio, y supe que quiere vivir feliz de otra forma y me di cuenta que todos pensamos
diferente.
Allí hice nuevos amigos, le puse rostro a esa familia de
la blogosfera que cada día crece más. Allí lloré, reí, pelié,
me enfadé, amé...
Allí supe ser feliz porque tengo
amigos, porque tengo una nueva familia.
Hermoso tu texto, Grey y no es un cumplido. Me voy a robar un trocito pa titular!
ResponderEliminarGracias anónimo, puede tomar un trozo siempre que no triture mi idea, ajjaaj
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