miércoles, 29 de mayo de 2013

No me escuchas y yo...


Todos los días te llamo, te pienso, pero no me escuchas. Ya me duele la garganta de gritarte al oído para que me atiendas, que me tomes en cuenta, pero no me escuchas.

Pienso que necesito estar a solas, alejarme del mundo y de todos para ver si, por primera vez, me encuentro. Pero lo primero es dejar atrás la idea tonta de que te necesito para hacerlo. No me había dado cuenta de que eres así: pasivo y lento, y yo todo lo contrario: necesito del aire para vivir y tú con el humo te conformas.
Puedes creer que me ahogo en esa ideas “bobas” que guardo en lo más profundo, pero, ¿no crees que quiero salir y espero tu mano de apoyo? Así que si no escuchas mis gritos me seguiré hundiendo en mi dramatismo mezclado con desespero, soledad y nostalgia.
Algún día cuando me canse de que no me escuches, me miraré al espejo y gritaré otra vez para ver si en vez de despertarte a tí, me despierto yo y continúo viviendo.

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