Él había decidido declararle su amor moviendo cielo o tierra. Ella era la chica anhelada, la soñada aquella tarde de invierno, la mujer de sus sueños. Ella se merecía todo su amor desde aquel día que simplemente pasó por su lado. Él se endeudó, pidió favores que se pagan caro, se peleó con su familia, logró juntar nubes y mostrar su amor de la forma más original que podía, pero olvidó un simple detalle que todos conocían pero él obviaba... era ciega.
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