viernes, 8 de febrero de 2013

Miedos


Todos le llamaban loco. Nadie hablaba con él. Le ignoraban o mejor dicho le pisaban. Los niños se reían de él, le decían cosas horribles, le tiraban cosas. Las madres, sobreprotectoras como solo ellas pueden ser, alentaban aquel terrible miedo que padecían sus hijos por aquel señor muy viejo… pero sin unas alas enormes, porque seguro se las habían cortado.
Nadie recordaba cuándo había llegado al poblado, solo aclaraban los más viejo, entre recuerdos y olvidos, que llevaba mucho tiempo por aquellas calles. No se le conocía familia, siempre andaba solo y conversaba nada más que con él mismo o, como diría una amiga, con sus amigos imaginarios.
La primera vez que le vi, o por lo menos que recuerde yo, fue cuando estaba en el círculo infantil. Casi todos los días iba y se paraba por la cerca del patio. Ahí se quedaba quieto por horas mirándonos. ¿Qué pensaría? ¿Por qué nos miraría tanto?
Crecí y la respuesta que me inventé fue que seguro tuvo hijos alguna vez y nosotros se los recordábamos. Pero desgraciadamente la respuesta no la conoceré nunca.
Los estudios me alejaron del pueblo y de su gente. Cuando podía visitaba algunos amigos de la infancia y conversábamos de aquellos recuerdos, tan vagos algunos y tan fuertes otros. En una ocasión recordamos al loco, que por el tiempo no desciframos si era El Loco de la Fela o Felo Cortés el protagonista de estas memorias. Lo que si recuerdo bien es que ambos sufrieron los mismos miedos con aquellos niños tan ignorantes; ambos ocultaban una vida de la cual solo veíamos el resultado: un señor no muy cuerdo, no muy limpio, no muy amigable, no muy feliz, pero igualmente lleno de miedos como nosotros.

2 comentarios:

  1. Gretelilla, aunque siempre leo, ando como nube loca o como turbonada y no había tenido time para dejar coments. Este post creo que lo amerita un tanto más que los otros, o será que los locos a mí me mueven ciertos resortes en el alma, son personajes deliciosos. En fin, que aunque sea tarde, sirvan estas letricas para darte por bienvenida y por bien querida dentro de la tropa bloguera. Un abrazo fuerte y sigue pariendo estampas como esta.

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  2. Muchas gracias por tus palabras, pero a mi también ciertos locos me
    mueven tuercas y otras cosas del alma y el espíritu. Gracias por la
    bienvenida. Espero que la "locura" de los blog tampoco me impida leer
    los tuyos y me impulsen a dejar coment en el tuyo.

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